Por:
Laureano Marquez
Fuente:
Tal Cual
No quiero ser tremendista, pero yo no soy
escaparate de nadie, por más que uno milite en la
derecha fascista y golpista,
por muy agente del imperio que uno sea, todo tiene su límite.
Tengo
informaciones de fuentes sumamente confiables que revelan que la MUD trabaja en
este momento en la elaboración de una bomba nuclear de fabricación casera marca
ACME y está dispuesta a usarla en el momento menos pensado (o sea, éste) para
sabotear la gestión del actual gobierno.
El
plan es destruir completamente al país y hacerle creer al mundo que esta
devastación fue obra de la actual administración, cosa que dicho sea de paso
es perfectamente creíble.
Los
altos comandos de la oposición saben que cada vez que Andrés Velásquez va al
estado Bolívar viene con las maletas llenas de uranio y plutonio, esenciales
para la fabricación de la bomba.
En
su infinita maldad el diputado guayanés trae el uranio de contrabando en bolsas
de merey salado y el plutonio bajo la inocente apariencia de laulau ahumado.
En
el sótano de la MUD (casi nadie lo conoce) hay un laboratorio oculto en un
búnker a más de 50 metros de profundidad.
En
él, un diligente equipo de científicos, comandados por la mente pervertida y
maquiavélica de Henry Ramos Allup ataviado con bata blanca de laboratorio, el
copete despeinado y los ojos puyúos trabaja día y noche entre tubos de ensayo
humeantes y ollas de cobre al fuego, para conseguir el agua pesada necesaria
para la fabricación de la bomba.
Ismael
García y Julio Borges han sido los encargados de conseguir la masa para amasar
el uranio, indispensable en la fabricación de cualquier artefacto nuclear.
Ese
ha sido el punto crítico de la operación, porque masa no se consigue ni pa’
remedio, pero los contactos de Julio Borges con el Partido Popular en España
hicieron llegar clandestinamente dos kilogramos que el propio Aznar compró
personalmente en Mercadona.
Resuelta
esta parte inicial, el problema ha sido el de la fusión de los neutrones, porque
como todo está polarizado, ya casi no quedan neutrones.
Ramón
Guillermo Aveledo le pidió a Carmona que desde Bogotá enviase unos cogollos
fusionados (si se fusionaban aquí iban a hacer mucho ruido) de núcleos de
deuterio (2H) y de tritio (3H), dos isótopos del hidrógeno, para dar un núcleo
de helio.
Pero
se presentó el problema de que el helio se derritió porque a Ocariz, que lo fue
a buscar a Cúcuta, le agarró cola entrando a San Antonio. Al final el problema
se resolvió cuando compraron una bolsa de helio en una licorería cercana.
La
otra gran dificultad fue la de cómo conseguir enriquecer el uranio. Para tal
fin se logró hacer pasar al uranio por funcionario del Estado y que le
nombraran en un alto cargo relacionado con la asignación de divisas.
Demás
está decir que en tres meses se consiguió su total enriquecimiento. Por último,
para lograr una reacción en cadena de radio y televisión algunos pensaron en
tomar el canal 8, pero Ledezma logró resolver con una cadena de Twitter.
Esta
es la situación, si a lo que acabamos de revelar, se suma la compra de 18
aviones de guerra, que según mis servicios de información ya llegaron al país y
están en la base aérea de Palo Negro, justo al lado de los aviones del PSUV,
para que nadie se dé cuenta, los del gobierno no lo han notado porque se
sienten tan sobrados que ni llevan la cuenta de los aviones que tienen.
Capriles
ordenó que se les pusiera una marca de agua, para evitar que se confundan con
los del otro partido, pero resulta que llovió y se les borró la marca y ahora
nadie sabe cuáles son los del PSUV y cuáles de la oposición.
Se
supone que cuando los pilotos infiltrados activen el control de la alarma que
abre los seguros de las puertas los encontrarán.
En
todo caso, parece que la confrontación es inevitable. Seguramente luego de la
hecatombe nuclear que la oposición promueve, no habrá agua ni luz, escaseará la
comida y el papel higiénico, el sistema productivo quedará desmantelado, la
inseguridad en las calles será insoportable y la vialidad e infraestructura
nacional quedarán completamente destruidas.
Es
más, parece que Capriles ya lanzó esa bomba atómica y no nos dimos ni cuenta.
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