En caso de materializarse un descalabro electoral el
8 de diciembre las comunas le servirán
para restar todo el poder político que sus adversarios pueden arrebatarle por los votos
Desde hace cuatro años 83%
de las alcaldías están en poder del PSUV. No obstante, la
tendencia de votación del 14 de abril y el panorama que muestran distintos
estudios de opinión pública (con excepción de los históricamente favorables
para el chavismo) dan cuenta que la oposición, que actualmente domina 52
alcaldías, podría llegar a obtener el triunfo en 100 municipios y pelear la
victoria en otros 20. La tendencia del 14 de abril, unida a los resultados de
las encuestas, sugiere que el chavismo continuará manteniendo el control de la
mayoría de las alcaldías del país y la oposición, además de ganar el simbólico
voto nacional, podría recuperar las alcaldías más importantes del país.
Si esta proyección resulta acertada, el chavismo estaría
experimentando una merma considerable en su control sobre espacios locales. En
este escenario el cálculo oficial es sencillo. En caso de materializarse un
descalabro electoral el 8 de diciembre las comunas le servirán para restar todo
el poder político que sus adversarios pueden arrebatarle por los votos. No es
casualidad que el presidente Nicolás Maduro relanzara la semana pasada el tema
comunal. Basta con recordar que el máximo deseo del Comandante
Hugo Chávez era
que, al menos, 68% de los venezolanos vivan en comunas.
En diciembre del año 2010 por el “nerviosismo” que causaba la llegada de la oposición
a la Asamblea Nacional el chavismo no solo modificó el Reglamento
de Interior y de Debates para
restar todo el palco posible a sus enemigos, sino que aprobó cinco leyes que
desarrollan todo el entramado del Poder Popular. La
Ley Orgánica del Poder Popular, Ley Orgánica de Comunas, Ley Orgánica del
Sistema Económico Comunal, Ley Orgánica de Contraloría Social y Ley Orgánica de Planificación Popular son normas que, aunque desconocen el
resultado del referendo constitucional del año 2007, están vigentes y de ser
aplicadas íntegramente hacen innecesaria la figura de los concejales y de las
cámaras municipales y convierten el cargo de alcalde en una figura
meramente decorativa.
El chavismo quiere avanzar lo más rápido posible a un
modelo que le servirá para desmontar definitivamente lo poco que queda de la
estructura político-administrativa consagrada en la Constitucional
Nacional, para sustituirla por un sistema que –desde el punto
de vista electoral– llevará al país a comicios de segundo grado cuyo fin último
es garantizar que las comunidades designen a sus representantes ante los
consejos comunales, éstos a su vez escojan a las autoridades de las comunas, la
unión de estas comunas servirá para que las autoridades designen al
parlamento comunal (que paulatinamente sustituirá a la Asamblea
Nacional) y los integrantes de esta última instancia tendrán el
privilegio de escoger –al mejor estilo del Sóviet Supremo Soviético–
al Presidente.
Esta es la consecuencia a largo plazo, que tal vez no se
encuentre tan lejos como algunos analistas suponen si se considera que ya están
constituidas 103 comunas en todo el país. No obstante, en el corto plazo lo que
podrá observarse es que el Estado que consagra la Constitución
Nacional deberá
coexistir con la nueva estructura político-territorial que crecerá a la par de
las comunas. Aunque cualquier vocero del Ejecutivo Nacional puede refutar los anteriores
argumentos esgrimiendo que en ninguna de las cinco leyes del Poder
Popular taxativamente
se contemplan la eliminación de gobernaciones, alcaldías y concejos
municipales, el hecho es que en la práctica la constitución de las comunas
servirá –amparándose en las leyes de 2010 que desconocen el referendo de 2007–
para invadir y tomar las competencias constitucionales que tienen los
municipios y las gobernaciones.
Aunque desde el chavismo se argumenta que la constitución
de comunas es “el ejercicio de la soberanía por
parte del pueblo en lo político, económico, social, cultural y en todo ámbito”,
en la práctica el nuevo modelo político significará la configuración de un Estado totalmente diferente al Federal y descentralizado que aún se mantiene.
Relanzar la creación de comunas no solo servirá para desconocer elegantemente
cualquier resultado adverso el próximo 8 de diciembre, la aplicación de las
cinco leyes del Poder Popular significará la modificación sustantiva
del régimen de propiedad, para promover la propiedad social directa e
indirecta, la propiedad colectiva y la propiedad mixta; escenarios en los que
la propiedad privada será cada vez más reducida. La duda que se presenta a 14
semanas de las elecciones municipales ya no se orienta a si la oposición
recuperará coutas de poder local, la principal interrogante es cómo se
articulará la relación entre municipios (perdidos por el chavismo) y las
comunas a partir del 9 de diciembre.