13 de junio de 2013

LARGA ESPERA

Por: Diego Lombardi


Como las colas que copan hoy parte importante del tiempo de miles de venezolanos, la situación política de Venezuela se ha convertido en una larga espera. El país se encuentra en vilo, con un sector golpeando desde todos los ámbitos tratando de salvar un modelo que ya pereció, buscando enemigos y cazando fantasmas; por el otro lado se encuentra un sector importante del país al acecho de nuevas oportunidades, respirando profundo mientras llega una nueva etapa. La interrogante, al igual que en las largas filas, es: ¿cuánto falta?
A quienes desean una estrategia más activa, por no decir de confrontación, tal vez sin la conciencia del riesgo que eso representa en un escenario dominado por una mezcla peligrosa de intereses económicos internacionales y la euforia de una ideología. Además de ello, la conciencia del pueblo venezolano es democrática, como lo demostró en el 92 manteniéndose fiel a ésta, a pesar de compartir los sentimientos que movieron a los insurrectos.
Bajo estos principios, la llamada oposición ha transitado una larga espera, jugando un juego en desventaja, aprendiendo de sus errores, con tareas aún por hacer, pero consciente que su espacio no es otro que el democrático. Inclusive, llegados al punto de un gobierno al que un sector importante del país no reconoce, la ruta sigue siendo institucional y democrática. Al final, en términos más concretos, la estrategia sigue siendo esperar, lo que no implica pasividad.
¿Por qué esperar? Entre otras cosas porque había un sector importante del país al que no se le podía imponer el cambio, ha tenido que irse dando cuenta poco a poco del fracaso del modelo oficial. Y ese proceso de desencanto ha sido lento, no solo por algún tipo de hechizo mágico, sino por la dificultad que ha habido para regalarle una esperanza distinta. En las pasadas elecciones esa esperanza se tradujo en votos, hoy el reto es evitar que vuelva el desencanto. La espera ha sido larga para muchos, como lo fue para otros antes, la gran tarea de la próxima Venezuela es que todos avancen evitando que la vida se convierta en una mirada en el vacío esperando que algo ocurra.

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