Por:
Víctor Salmerón
Fuente:
prodavinci.com
0. La pobreza. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE),
incluidos por el Ministerio de Planificación en la publicación Venezuela en cifras nuestra transición
al socialismo febrero 2015, desnudan que con el fin de la bonanza
petrolera ha llegado un tiempo de deterioro en la calidad de vida de los
venezolanos y un incremento de la pobreza.
La
publicación incluye el dato de pobreza por necesidades básicas insatisfechas al
cierre de 2014, un método que evalúa cuántos hogares sufren de inasistencia
escolar, hacinamiento crítico, vivienda inadecuada, carencia de servicios
básicos y alta dependencia económica. Bajo estos criterios, las familias que
presentan una de estas características son pobres; y cuando presentan dos,
entonces son pobres extremos.
Las
cifras del INE registran que la pobreza por necesidades básicas insatisfechas
creció desde 14,1% en 2013 hasta 15% al cierre de 2014. Y en el caso de la
pobreza extrema experimentó un mínimo descenso desde 5,5% hasta 5,4%.
1. Los datos oficiales y el gobierno venezolano. Todavía ningún ente del gobierno ha
publicado el dato oficial sobre la pobreza por ingresos al cierre de 2014. De
acuerdo con este método que resulta esencial en períodos de alta inflación, son
catalogadas como “pobres extremos” aquellas familias que no obtienen suficiente
dinero a través de salario, bonos, becas, pensiones, para comprar cada mes una
canasta de alimentos básicos que permitan a cada integrante ingerir al menos 2
mil 200 calorías diarias. Y las familias cuyo ingreso no les permite costear
una canasta que añade a los alimentos básicos servicios esenciales como luz
eléctrica y transporte son catalogadoas como “pobres”.
Si
bien el Gobierno oculta las cifras del INE correspondientes a 2014 sobre la
pobreza por ingresos, los datos de 2013 señalan que la inflación está mermando
la capacidad de compra de la población y, por ende, ha aumentado el número de
familias sumergidas en la miseria.
Cuando
se compara 2013 con 2012, las cifras del INE señalan que, de acuerdo con el
ingreso, el porcentaje de la población sumergido en la pobreza aumentó de 25,4%
a 32,1%. Y en el caso de la pobreza extrema el incremento fue de 7,1% de la
población hasta 9,8%.
2. ¿Somos más pobres que en 1998? El proyecto Análisis de Condiciones de Vida de la
Población Venezolana 2014, elaborado por la Universidad Católica
Andrés Bello, la Universidad Central de Venezuela y la Universidad
Simón Bolívar, señala que la pobreza por ingresos creció de manera contundente
en medio de una marcada aceleración de la inflación.
El
trabajo tiene como base una encuesta social que incluye una muestra de 1.500
hogares y un trabajo de campo efectuado entre agosto y septiembre de 2014, con
el objetivo de evaluar las condiciones de la vivienda, salud, educación,
trabajo, programas sociales y nutrición, entre otros aspectos.
Los
académicos emplearon la misma metodología que aplicó la antigua Oficina Central
de Estadística e Informática (OCEI), hoy Instituto Nacional de Estadística
(INE), cuando en 1998 elaboró la última encuesta social realizada por el sector
público.
El
resultado es que la proporción de hogares en pobreza de acuerdo al ingreso que
reciben es mayor que 16 años atrás: en 1998 la encuesta social arrojó que 45%
de los hogares del país eran pobres y el estudio llevado a cabo por la academia
determina que al cierre del año pasado la cifra se ubica en 48,4%.
3. Precios descontrolados. En el incremento de la pobreza por
ingresos juega un rol esencial el acelerado aumento en el precio de los
alimentos, porque las familias de menos recursos destinan 45 de cada 100
bolívares que obtienen a la compra de comida.
El
ente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) registra que en 2014 la inflación de alimentos en los diez
países que representan 95% del PIB de América Latina y el Caribe experimentó un
aumento promedio de 14,3%, mientras que en Venezuela el incremento fue siete
veces superior y se ubicó en 102,2%.
Después
de Venezuela, Argentina es el país donde los alimentos se encarecen con mayor
fuerza, tras un salto de 19,7%, seguidos por Nicaragua con 11,7% y Uruguay con
11,2%. Y en la acera contraria está El Salvador, con un aumento de 3,7%,
seguido de Paraguay con 4,2% y Colombia con 4,5%: esos son los tres países con
el menor aumento en el costo de los alimentos en la región.
En
Venezuela los ciudadanos padecen mes a mes un veloz encarecimiento de la
comida, a pesar de que el Gobierno ha creado toda una estructura destinada a
producir y abaratar alimentos en la cual Mercal se ocupa de la
comercialización, Fundaproal otorga subsidios, el SADA diseña programas de
almacenamiento, PDVAL vende productos a precios regulados, Venalcasa empaqueta,
Logicasa se encarga de la distribución, Casa comercializa y suministra insumos,
mientras que las miles de hectáreas expropiadas podrían garantizar el
crecimiento constante de la producción, algo que tampoco sucede.
Los
analistas coinciden en que las causas del incesante incremento de los precios
es el divorcio entre la oferta y la demanda. Mientras la demanda es estimulada
con gasto público, financiado en buena parte con dinero sin respaldo que emite
el Banco Central de Venezuela, la oferta no crece por el descenso de la
producción nacional, en especial en las fincas y empresas expropiadas por el
Gobierno.
4. ¿Cuáles son las perspectivas de este año? En 2015 todo apunta a que la
inflación seguirá escalando. El desplome de los precios del petróleo redujo
sustancialmente la cantidad de dólares disponibles y el Gobierno aplica un
severo recorte en la entrega de divisas a las empresas del sector privado,
obligándolas a producir menos por falta de insumos y materia prima.
Un
documento de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea),
divulgado la semana pasada, señala que:
“En 2014, la industria recibió por parte de Cadivi y Cencoex sólo el
77% de sus necesidades. En los meses que van del presente año a algunas
empresas no se le han liquidado divisas y a otras se le han liquidado
cantidades significativamente menores a las solicitadas”
Las
compañías reciben una autorización para endeudarse con proveedores en el
exterior, bajo el acuerdo de que el Gobierno entregará los dólares para que
esos compromisos se cancelen a tiempo, pero no es el caso. Cavidea precisa que
“el Estado tiene por liquidar una deuda de 805 millones 794 mil dólares por
importación de materia primas, insumos, repuestos, maquinaria y material de
envases y empaques”. Y además agregan que “el 40% de las materias primas e
insumos se encuentra en situación de alerta en cuanto a abastecimiento, con
niveles críticos de inventario”.
El
Gobierno regula el precio de una amplia gama de alimentos y las empresas
señalan que, en muchos casos, les es imposible cubrir los costos de producción.
Dcie Cavidea que:
“Los incrementos de precios de productos regulados publicados en los
últimos seis meses han sido insuficientes, manteniendo a muchos productores por
debajo del costo de producción. Igualmente, las 19 categorías reguladas
originalmente por la Sundecop recibieron incrementos insuficientes después de
dos años de congelamiento”
A
todo esto se añade un sistema cambiario que impulsa los precios, manteniendo
dos tipos de cambio artificialmente fuertes [a 6,30 bolívares (Cencoex) y a 12
bolívares por dólar (Sicad)] y uno muy depreciado en torno a 180 bolívares por
dólar (Simadi).
Alejandro
Grisanti, analista de Barclays Capital, indica en su último informe sobre
Venezuela que el sistema cambiario está generando inflación a través de dos
mecanismos: la depreciación que ha tenido el bolívar en el Simadi y el
mantenimiento de los dos tipos de cambio fuertes.
Como
el Gobierno vende el 98% de los dólares a los tipos de cambio de 6,30 bolívares
y 12 bolívares, no obtiene suficientes recursos para cubrir sus gastos. Y
entocnes le pide al Banco Central que emita dinero sin respaldo que ingresa a
la economía e impulsa la inflación.
Al
mismo tiempo, los sectores que funcionan de acuerdo al tipo de cambio del
Simadi adecúan sus precios a la devaluación que ha sufrido el bolívar en este
mercado. De esta manera, Barclays Capital proyecta que en 2015 Venezuela
sufrirá una inflación de 188%, lo que se traduciría en el mayor incremento de
precios desde 1950.
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