Por:
Teodoro Petkoff
Fuente:
Diario Tal Cual
En la
FAN parecen estar soplando vientos de fronda -como decían los franceses cuando
el cielo se encapotaba y se anunciaban tiempos tormentosos. Tratándose de la
fuerza armada, la única "cosa rara" que allí puede ocurrir es una
conspiración
En la FAN parecen estar soplando
vientos de fronda -como decían los franceses cuando el cielo se encapotaba y se
anunciaban tiempos tormentosos.
El recién ascendido capitán Diosdado
Cabello ha dado unas declaraciones que, por decir lo menos, suenan como si en
el seno de la institución armada estuvieran pasando "cosas raras",
para decirlo con su propia expresión. "Quien ande con cosas raras",
dijo Cabello, "aún tiene tiempo de arrepentirse".
¿A quién va dirigida esta singular
admonición? ¿Quién anda con cosas raras? Además, ¿qué son "cosas
raras"? ¿De qué tendrían que arrepentirse los así interpelados? Tratándose
de la fuerza armada, la única "cosa rara" que allí puede ocurrir es
una conspiración.
¿Sugiere entonces, el capitán Cabello,
que si en la FAN ocurren "cosas raras" es porque hay gente
conspirando? ¿A qué otras "cosas raras" puede dedicarse alguien en la
institución armada como no sea a conspirar?
Eso explicaría por qué el capitán
Cabello hace un realmente angustioso llamado a la unidad de la FAN, acechada,
según él, por fuerzas que pretenden dividirla. "Nos van a atacar, van a
intentar dividirnos".
¿Quién puede intentar tamaña empresa
como no sea desde dentro de la FAN misma? Dividir esta desde fuera es poco
menos que imposible. Debemos concluir, entonces, que según el capitán Diosdado
Cabello dentro de la FAN hay gente empeñada en "dividir" la
institución.
En dos platos, Diosdado sugiere que hay
en marcha una conspiración, ante la cual, el remedio, como siempre, es el de
aconsejar "la unidad". "Tenemos que unirnos", dice Cabello,
pero, alerta, "unidos de verdad, sin zancadillas, sin chismes".
Más claro no canta un gallo. De las
palabras del capitán retirado, pero que conoce ese, su mundo, se puede inferir
que hoy la FAN es un hervidero de "chismes y zancadillas". Sólo
faltan si es que no las ha habido ya aquellas inefables "trompadas
estatutarias" a que hiciera referencia Gonzalo Barrios, hace mil años,
ante una de las frecuentes trifulcas internas en su partido, que solían
solventarse a puñetazo limpio y uno que otro tirito.
En su no tan críptica exhortación, el
capitán Cabello sugiere la presencia de "traidores". "El que
quiera traicionarnos", advierte que se va a estrellar contra "el
pueblo unido". "Traidores" hay, pues, porque Diosdado no se anda
por las ramas y llama al pan, pan y al vino, vino.
De hecho, advirtió otra posibilidad:
que hay gente en la FAN que pretendería separarla del pueblo, para
"aliarla con la burguesía". No es propiamente con balines de flower
que disparó Diosdado sino con salvas de cañón.
Que un personaje de su envergadura
(presidente de la Asamblea Nacional, vicepresidente del partido) haya dicho lo
que dijo sugiere que como reza la vieja canción federal, "el cielo
encapotado anuncia tempestad". No habla de gratis Diosdado.
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