Por:
Carlos Hermoso
Fuente:
renecedillorrojas.blogspot.com
La expresión quintacolumna nace en uno de los
episodios de la historia universal más conmovedores. Al inicio de la Guerra
Civil española, el general Mola -uno de los principales protagonistas del golpe
de Estado de julio de 1936 contra la República española- acuña la expresión
cuando:
... Mola, “el Director”, fue el encargado de
planificar la táctica del golpe y el que estableció el plan a seguir. Durante
la 1ª fase de la Guerra Civil, cuando los sublevados avanzaban hacia la capital
en agosto de 1936, Mola fue entrevistado por un periodista. Éste le preguntó
cuál de sus cuatro columnas entraría primero en Madrid a lo que el general
respondió de la siguiente manera: “Lo hará una quinta que ya está dentro de la
capital”. Se refería a parte de la población madrileña simpatizante con el golpe
y de la que esperaba trabajasen clandestinamente por la victoria de los
sublevados. Sus intervenciones fueron variadas: difusión de información para
minar la moral de la población y así facilitar la entrada de los insurrectos,
recopilación de informes sobre cuestiones militares o la dotación de asilo a
represaliados y perseguidos o confección de planes de huida hacia la zona
“nacional”.
La fuerza semántica del término, por tanto,
proviene de un hecho histórico cuya dimensión trágica y sublime para el movimiento
comunista internacional se ha expresado en todas las manifestaciones
artísticas. En la música toda, en sus himnos y canciones. En la pintura, entre
las que destaca el Guernica de Picasso. En el cine. En general, la cultura
universal se vio enriquecida con la obra inspirada en la Guerra Civil. La
pasión desbordada como la plasma Hemingway en su gran obra Por quiên doblan las
campanas, acompañada, entre muchas otras, por Soldados de Salamina, La lengua
de las mariposas de Manuel Rivas, bello cuento llevado a la pantalla en una
cinta dirigida por José Luis Cuerda. La poesía -donde destaca Miguel Hernández,
acompañado por Alberti, Vallejo, entre otros- deja una impronta en la cultura
universal.
En fin, la Guerra Civil española es un
episodio que debía dejar profunda huella en el mundo entero en lo artístico
tanto como en lo político e ideológico. Las controversias sobre este hecho
histórico no cesan, se avivan. Menos la referencia hacia la deleznable conducta
de los quintacolumnistas, solo reivindicada por reaccionarios de todo tipo.
La fuerza semántica que van a adquirir
algunas palabras durante la Guerra Civil Española es el resultado de la
magnitud de la contienda cuando las grandes aspiraciones redentoras,
revolucionarias y libertarias del pueblo español se ven frustradas por la
criminal acción del fascismo español e internacional, junto a la Alemania nazi
y el fascio italiano. Del lado republicano y revolucionario, las brigadas
internacionales expresan la solidaridad de los pueblos del mundo en su máxima
expresión.
De esta manera se acuñan palabras cuyo uso en
las consignas y la jerga cotidiana va a convertirlas en categorías, esto es,
palabras que van a integrar, cada una de ellas, nociones abstractas en que se
encuentra organizada la realidad. En el caso de la España convulsionada por la
guerra fueron muchos los términos que alcanzan tal dimensión. Estas categorías
y su contenido saltan las fronteras de España y se difunden por el mundo
entero, se internacionalizan, adquieren vida más allá de España. Mientras, en
medio del conflicto, acusar a alguien de “rojo” conllevaba condena de muerte si
se era apresado en los sectores controlados por los fascistas. Luego de la
derrota republicana, tal señalamiento las más veces conducía a la muerte, la tortura,
la cárcel, y quienes lograban escapar la salida era el exilio. “Rojo”,
republicano, “facho”, entre muchas, viajan por el mundo, en medio de consignas,
canciones, poemas. Una de las categorías más negativas y despreciables fue la
de quintacolumna por el papel que jugó en favor del fascismo.
En nuestro caso, en la experiencia venezolana
reciente, en estos tiempos de confusión creada por el chavismo -caldo de
cultivo para propiciar este espíritu abyecto- el gobierno chavista ha estado
desarrollando una política cuyo objetivo es precisamente crear una
quintacolumna dentro de la oposición. Los llamados saltos de talanquera forman
parte de esta política siendo su preámbulo la labor de zapa contra las fuerzas
democráticas, creando confusión, sembrando escepticismo.
Indiscutiblemente algunas de las falencias
políticas de la oposición contribuyen a que algunas de estas gentes justifiquen
su labor, y a partir de aquéllas van a elaborar ideas y políticas inscritas
dentro de la estrategia chavista. O, bien, dividiendo las fuerzas opositoras,
como se expresa en el municipio Libertador.
Además, la prepotencia chavista, el uso de
las instituciones del Estado en función de “contribuir” con quienes se
inscriben dentro de esta política, hace aún más deleznable esta determinación
de la política. Esto es, el chavismo pone recursos diversos al servicio de
quienes asumen la felonía como política, desde dineros del Estado hasta
instituciones como el Tribunal Supremo de Justicia.
La quintacolumna excretada de las filas de
Bandera Roja ha jugado un papel nada despreciable. Contribuye con la confusión
reinante. Como aspiraban los fascistas españoles: siembran especies para
desmoralizar. Por ello se presentan como de oposición, pero planteando
“alternativas” unitarias “nuevas”. Incluso, hablan con gente del partido y les
manifiestan sus posiciones en favor de la salida democrática y en contra del
oficialismo, mientras cumplen orientaciones que claramente favorecen al régimen
despótico, en tanto que dispersan las fuerzas.
Aparte de esto, los quintacolumnistas no
pierden oportunidad para propagar vilipendios contra dirigentes del partido sin
sustento alguno que no sean sentimientos de odio y revancha. Ellos saben que
debilitar una vanguardia de los trabajadores atenta contra un aspecto esencial
de la política desde la perspectiva popular y revolucionaria. Cuestión que es
de las que más favorecen al régimen despótico imperante en Venezuela y a
quienes propugnan salidas continuistas en el sentido de mantener el actual
esquema en la distribución de la riqueza.
La quintacolumna, de otra parte -nutriéndose
de elementos inestables-, asume por momentos el discurso más extremista para
atraer alguna que otra voluntad. Razones suficientes que permiten entender una
problemática que encuentra terreno fértil en la descomposición ética y política
de un grupo de personas que se han apartado del camino revolucionario. Que
buscan algún espacio donde realizar aspiraciones que nada tienen que ver con el
interés popular y nacional, ni con la perspectiva revolucionaria de los
trabajadores venezolanos.
Teniendo su origen en la España
revolucionaria y republicana, que sufrió de la acción de la quintacolumna
franquista, hoy se repite la historia, tal vez, como dijera Marx, como comedia,
dado que sus efectos -y lo decimos con mucha convicción- serán anulados por la
firme respuesta de todo el colectivo de Bandera Roja y sólo quedarán como un
episodio rayano en el ridículo.
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